De una lata a una ventana, de una culata de motor a un cable de conducción eléctrica, de un tubo de dentífrico a un bote de spray; las aplicaciones del alluminio son infinitas y cada una requiere una aleación que cumpla sus requisitos técnicos, de procesamiento y de utilización.
Este metal recibe el nombre de «energía de estado sólido» porque su producción primaria requiere una gran cantidad de energía eléctrica; por eso es esencial reducir las emisiones de carbono a la atmósfera reciclándolo, considerando la chatarra como una materia prima de bajas emisiones.